Andras y Tadeus, su novio, caminaban por la calle después de un largo día, Andras estaba un poco estresada pues su exposición de pintura sería la semana próxima y aún le faltaban obras por terminar, pero el caminar siempre le hacía bien antes de presentar sus creaciones. Al final estaba convencida de que todo saldría de acuerdo a los planes que tenía, pues esta exposición le abriría campo en el mundo de la pintura y la escultura, era como si su sueño al fin se realizará. Al caminar sin rumbo fijo pasaron cerca de un parque y Andras propuso que caminaran entre los árboles y, tras deambular por el lugar, ambos vieron una banca en la cual decidieron sentarse a admirar la magnífica puesta de sol, pues con los tonos naranjas de los árboles y las hojas caídas, aquel era un espectáculo exquisito y Andras pensó que podía inspirarse si se quedase ahí por unos minutos más , hasta que el sol se ocultara por completo. Repentinamente, percibió un brillo segador, levantó la vista y vio un objeto extraño que sobrevolaba cerca de ella, tenía forma de un globo, aunque no parecía uno y era de un color transparente parecido a un cristal, pero destellaba colores como de arcoíris y su brillo, ese brillo era totalmente indescriptible e imposible de no verlo, además de que por alguna extraña razón parecía que tenía vida o, por lo menos, a ella le daba esa impresión. De pronto, al admirar los colores y lo hermoso que era, tuvo un flashback de que ya lo había visto antes, recordó que la primera vez que lo vio tenía cuatro años y habían ido a visitar a su tía Erin, inesperadamente su prima cayó de la cuna y murió y jamás volvieron a la casa de su tía, ni siquiera al funeral de la pequeña. La segunda vez que lo vio ,fue a los nueve años en clase de natación, cuando su mejor amiga Lena cayó accidentalmente a la piscina y se ahogó, tambien recordó que la cambiaron de escuela y se mudaron de casa. La tercera vez fue a sus catorce años, cuando la maestra Velma de la escuela cayera de las escaleras y se desnucara, fue entonces cuando la enviaron a aquel internado en Londres y jamás volvió a ver a sus padres, salió de él hace un año y únicamente para ir al funeral, pues habían muerto en un accidente automovilístico, pero ¿por qué lo veía ahora?, tan hermoso, con más colores y tan vivo, de pronto, recordó que estaba con Tadeus , bajó la cabeza habia una oscuridad infinita , al parecer no había ya nadie en el parque y sólo la acompañaba un silencio ensordecedor y cuál fue su sorpresa, al ver el gran espectáculo Tadeus tenía los ojos desorbitados, la lengua de fuera y Andras sostenía su cuello. Beatriz Agosto 2008
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